Hola Amigos !!


Hace unos días tuve la fortuna de fotografiar a una familia muy especial para mí: mis amigos Viri y Efrén, junto a sus dos hijas, Lucía y Loreta, quienes son simplemente encantadoras. Nos reunimos en un jardín rodeado de árboles y luz suave, el escenario perfecto para capturar lo que realmente queríamos: un día normal lleno de cariño, juegos y conexión familiar.

Desde el primer clic, se notaba ese lazo tan bonito que comparten. No hubo poses rígidas ni nada forzado; fue más bien una tarde en la que se olvidaron de la cámara y simplemente fueron ellos. Las niñas corrieron, se abrazaron, jugaron con sus papás... y en medio de todo eso, ahí estaba yo, guardando cada instante con mi cámara.

Este tipo de sesiones me recuerdan lo valioso que es detener el tiempo, aunque sea por unos minutos, y convertir momentos cotidianos en recuerdos que durarán toda la vida. Ver a una familia tan unida, tan auténtica, es un regalo. Y tener la oportunidad de congelar esa esencia en imágenes, un privilegio.

Gracias Viri y Efrén por confiarme este pedacito de su historia.