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Hola Amigos!!


Hoy quiero compartir con ustedes la experiencia algo tan mágico como lo es el abrazo de una madre en una sesión navideña... la conexión entre Paloma y sus tres hermosos hijos: Iñigo, Pablo y Gonzalo.

Ver a una madre abrazando a sus hijos no solo es un acto de cariño, es un acto de vida, de protección y de sabiduría. Se puede sentir como Paloma en su mirada, se refleja el alma de sus hijos, esa luz que la ilumina en cada etapa, en cada paso.

Y allí, entre risas y abrazos, supe que ese instante sería un tesoro para el futuro. Esos momentos no se repiten. El tiempo es tan veloz, y la vida, tan fugaz. Pero esos segundos capturados en una fotografía, en sus ojos brillando con la inocencia y la alegría de la infancia, permanecerán para siempre.

Hoy les invito a regalarse ese tiempo. A detener el reloj. A crear recuerdos con los que abrazarse en los días grises, a reír con la misma chispa que ilumina ver a nuestros hijos felices. La Navidad, con su calor y su magia, es el momento perfecto para atesorar a quienes más amamos.

¿Qué mejor manera de celebrar el amor de una madre y sus hijos que a través de la belleza que captura un instante tan único como este? No dejen de provocar esos recuerdos, porque hay momentos que el tiempo no puede borrar, solo guardar en el corazón.

Que este diciembre sea un abrazo lleno de sonrisas, risas y amor. Gracias Paloma por regalarnos estos lindos momentos en nuestros corazones , la Ñoñis y yo los queremos mucho !!

❤️